Jugando, o entrando


Qué tentadora resulta 
la niebla que se oculta


Los pasos me apuran 
y la mente profunda


Mis pies recorren los bordes
y aquel enorme agujero,
me atrae tanto como la noche


Juego y tanteo, 
tanteo y me tiento. 


De a poco me voy hundiendo 
y el cuerpo se va sumergiendo


La fina capa de agua helada
me baña de desesperanza. 
Se pega a la piel y la abraza


En medio de tal apego, el dolor es placentero
Y me engaño creyendo que realmente es un deseo


Pero me salgo y decido 
decido y me desvisto. 


El agua no logra enfriarme, 
se enoja, con grandes olas intenta empujarme
Inútilmente la marea quiere enredarme


Mi querida, ya estoy lejos
el calor es ahora mi suelo 


Tus gotas no alcanzaron
para mojar un desierto


Sé que no tenes miedo, 
sabes que yo tampoco lo tengo
¿Por qué? Nos prometimos un reencuentro.

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